Luis García Pérez, 2º Premio Poesía Searus-2008


LUIS GARCÍA PÉREZ

Nota Biográfica

          Luis García Pérez, Perezuela de Sayazo (Zamora). Es maestro de E. Primaria y Licenciado en Filología Hispánica por la UNED, en cuya Universidad realizó los cursos de Doctorado. Ha ejercido la docencia en los niveles de EGB y Secundaria. Desde 1971 reside en Puertollano, y actualmente está jubilado.

          Tiene en su haber unos 600 premios literarios de ámbito nacional e internacional en los géneros de poesía, narrativa y ensayo. Ha actuado como mantenedor o pregonero en actos culturales y literarios (Fiestas, Semana Santa, presentación de libros, encuentros de poesía, recitales, etc.). Es autor de numerosos artículos periodísticos y su obra figura en libros que recogen premios de varias ediciones, revistas literarias y conmemoraciones de diversas efemérides. También ha sido miembro de varios jurados literarios. Es Gran Comendador de la Orden Francisco de Quevedo y miembro de la Academia Bibliográfica-Mariana de Lleida. Pertenece al Grupo Literario Guadiana y coordina desde 1997 la revista de creación Alforja de Estaribel que subvenciona el Ayuntamiento de Puertollano (Ciudad Real).

          Ha publicado, entre otros, los siguiente libros:
          POESÍA: Resplandor de la palabra, premio nacional de poesía “Rodrigo de Cota”, Toledo, 1990. Este humano desgarro, premio nacional “Luciano de Gracia”, 1998, Ayuntamiento de Cuarte de Huerva (Zaragoza). Por el túnel de Cromos, premio nacional “Pastora Marela”, 2000, Campo de Criptana (Ciudad Real). Abril en tus pupilas, premio “Ciudad de Benicarló”, 2001. Los soles de Alejandro, 2002. Parábola del caminante, premio “Orippo”, Dos Hermanas (Sevilla), 2002. Símbolos de Puertollano I y II, 2004. Surcos de la memoria, nº 13 de la Colección Monográfica Manxa, del Grupo Literario Guadiana, 2004. Radiografía de lo oscuro, Premio P. Marcelino Quintana 2006, de Arucas (Gran Canaria). Las secuelas del frío, Premio Luis de Feria 2007 de la Universidad de La Laguna (Tenerife). Arquitectura de la noche, Ciudad de Puertollano, premio “Manuel Muñoz”.

          Ha publicado también tres libros de relatos: Crónicas del viento (Premio Carta Puebla de Miguelturra (Ciudad Real), 1989. Bajo las estrellas y otros cuentos (Biblioteca de Autores Manchegos, Excma. Diputación de Ciudad Real, 1995). La Fuente de la Vida y otros relatos, Ediciones Intuición 2001.

          Tiene publicado el ensayo Celebración de la claridad, aproximación a la poesía de Valentín Arteaga, Ed. Soubriet, Ciudad Real, 1999.

          Noviembre de 2009




Obra: “MÁS ALLÁ DE LA MIRADA”
2º Premio, XXXI  Certamen de Poesía Searus, 2008



ANÓNIMO LECTOR

Escucho entre la niebla
el frenesí creciente de la tarde,
las miradas errantes que se cruzan
sin mirarse a los ojos.

Me he asomado a la calle
a contemplar el mundo desde cerca,
y llegan las ideas a posarse en mi frente
lo mismo que un latido
que no quiere morir sin ser de todos.

Intuyo que detrás de este bullicio
que ahoga el sentimiento;
detrás de este teclado que pulso con mis dedos,
pudieras estar tú, lector anónimo,
esperando un paisaje de palabras
como una epifanía acariciante.



LA OSCURIDAD NOS CERCA

Con los ojos cerrados
venimos con la sombra por bandera
hasta una encrucijada de caminos
firmada por la ausencia
de una verdad que impulsa nuestros pasos,
cuando la duda vuela
por todo el horizonte que abarca la mirada
cercada por la niebla,
igual que esas cometas
que no saben la altura de su vuelo
ni conocen la voz que las alienta.

Somos las marionetas de la vida
en esta húmeda feria
donde todo se compra o se mendiga,
donde todas las puertas
a veces se nos cierran de repente
como huye la luz, como se cierra
unas manos tan cerca de las nuestras.

Y miramos, de pronto, el calendario
con su guión de fechas
que son como la hoguera que se extingue
detrás de las calendas,
detrás de nuestros sueños imposibles
cuando el silencio llega a fin de cuentas
a cerrar nuestros párpados cansados
de tanto perseguir alguna estrella
en el fondo desnudo de un espejo
donde un final incierto nos espera.

Llegamos con los ojos aún no abiertos
y al partir nos los cierran, de manera
que siempre está la luz a contraola
y caminamos con la sombra a cuestas.



ROTA GEOMETRÍA

Hemos perdido el tacto de las cosas
de tanto pronunciarlas. Llega el tiempo
de acariciar relieves donde la luz un día
tuvo sus credenciales, el rostro luminoso
de una hermosa muchacha vestida de domingo
que quiso hacerse lumbre en nuestro pecho
bajo una piel dorada y unos ojos
que fueron resplandores de altas cumbres.

Después hubo momentos
de rotas caracolas sobre la faz del alba
y la música alegre del pasado
no pudo hacerse brisa.

El otoño con rostro de ceniza
apedreó la luz de las hortensias.

Lloraron los pronombres espesos lagrimones,
sobrevoló el crepúsculo la niebla
y una muda campana paralizó su canto.

A pesar de las voces,
de llanto incontinente de las madres,
nadie dio una respuesta. El dolor solamente
atravesó la sangre de los muertos.



FRENTE A LA SOLEDAD

Frente a la soledad me gustaría
al menos ser luciérnaga,
hablar con las espigas doradas del verano,
con las nubes errantes y la lluvia en sus trenzas,
con las hojas que vuelan en otoño
como pájaros yertos por estelas
que ya nadie descubre
en el periplo gris de las ausencias.

Me gustaría hablar con los misterios
de la naturaleza,
descubrir esa magia de los amaneceres,
conversar con legiones de poetas,
hacer a un ángel niño cada tarde
cuando el sol es promesa
de un cercano mañana con un beso naranja,
regocijo auroral para la Tierra.

Detrás de las murallas que separan
nuestros pasos de todas las tinieblas,
sembraría los besos nunca dados
en el rostro feliz de las estrellas,
tan sólo para que ellos inventaran
las guerras más incruentas,
la sonrisa más dulce alrededor del Orbe
y una canción en flor y siempre abierta.

Quién pudiera abrazar la muerte dulce
y convertirse en lluvia de promesas.



PRESENCIA DEL AMOR

Necesito encender esta alegría,
beber en el cristal de tu corriente
el aroma entrañable de tu frente
desde tu soledad hasta la mía.

En el altar de tu cosmogonía
colocaré la flor de tu presente
esperando la luz condescendiente
que me entregue tu cálida armonía.

Yo te busco por todos los rincones
y nunca me respondes con premura
despertando dormidos corazones.

Tú me dejas un poso de amargura
y escribes mil excusas, mil razones
en mis campos sembrados de ternura.



EL LLANTO DE LA TIERRA
(Elegía inacabada)

Es la canción del viento melodía
del aire profanado. Su corola
negra sed que camina a contraola
del corazón y su filantropía.

El río es una lágrima baldía,
el eco de una música tan sola,
que el rumor de una vieja caracola
derrama su fatal melancolía.

Jazmines de tu voz, hebras del viento
acarician la Tierra desolada
con unción de dolor y sufrimiento,

y en tu piel enfermiza y cuarteada,
prisionera del cárdeno cemento,
se desangra una rosa desojada.



PENÚLTIMO NAUFRAGIO

Quisimos rescatar algún poema
para acercarnos al perfil del alba,
pero en el aire sólo estaba escrito
un profundo silencio,
el temblor abismal de la memoria
que no reverdeció ningún pasado.

Hubo una sucesión de atardeceres,
aliento de un otoño desmayado,
lo mismo que el sol besa
los penúltimos labios de los niños.

Y nadie viene ahora a regalarnos
aquellas golondrinas que emigraron
con la sombra de sus alas
y un dolor peregrino
sobre la desazón de la memoria.

Por esa incertidumbre caminamos
sin un norte que oriente nuestros pasos,
porque el futuro no nos pertenece
y el pasado es memoria solamente
hasta que el cáliz de la vida eleve
una plegaria a Dios sin condiciones.



INVOCACIÓN DEL TODO INÚTIL
PARA RODAR EL ARCO IRIS

Encierra las palabras rencorosas
en la cárcel sombría de la noche
y échales el cerrojo del silencio.

Ponle al cuervo insolente de la noche
las alas de una tórtola festiva
para cruzar las playas de un deseo.

Sopla sobre las lágrimas furtivas
de la palabra niña que en sus ojos
lleva el polvo de inhóspitos caminos.

Tiende bridas de amor a ese caballo
que va escupiendo sombras desbocadas
y apacigua el furor de su galope.

Recítale a la paz cien madrigales
de amor comprometido, el alma adentro,
para que resplandezca entre los hombres.

Apacienta tu voz para que sea
levadura en la masa requerida
para dorar el pan de la esperanza.

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