Capítulo-10: "Historia y recuerdos de The Barking, grupo de pop rock de Los Palacios y Villafranca"

Manuel Rueda representando al grupo The Barking y Rafael Mateo Ruiz a Espectáculos TEO, viajaron la noche del 2 de octubre de 1971 rumbo a las islas Canarias. Tenían, según la empresa TEO, el compromiso de ser contratados para actuar en una sala de fiestas de Las Palmas de Gran Canaria.

The Barking en el Racing Club, diciembre de 1971. Foto: Manuel Rueda.

Llegaron a las islas al aeropuerto de los Rodeos, permaneciendo en el Puerto de la Cruz un par de días hasta coger el enlace destino a Gran Canaria. En ese tiempo se entrevistaron, en la plaza del Charco, con un representante conocido por Rafael Mateo. En Las Palmas se instalaron en una pensión situada en la calle Alonso Alvarado, junto al parque de San Telmo y se desplazaron hacia la playa de las Canteras, lugar donde supuestamente se hallaba el local donde deberían actuar. Lo que hallaron en la zona les hizo dudar del compromiso que traían desde la Península, ya que el establecimiento se encontraba en obras y en los alrededores no había ni un alma. Descolocados, dudosos, cansados de esperar y hambrientos porque desde su salida de Tenerife no habían probado bocado, decidieron volver a la pensión. De camino a la fonda Manuel compró un par de membrillos y con tanto ímpetu y ansias fue mordido uno de ellos por Rafael, que un diente se le quedaría clavado, para siempre, en la piel de la gamboa.

Esa tarde Manuel Rueda, por indicación de Rafael, se acercó a una sala de fiestas situada en la calle Venegas nº 11 para preguntar al dueño si podía explicar lo sucedido con la sala de fiestas de la paya de las Canteras. El propietario no quiso oír ni hablar de espectáculos TEO y Manuel volvió a la pensión como había salido de ella, sin noticias.

No tenían nada, así que comenzaron a explorar posibles trabajos apoyados en la lista de contactos y relaciones que conservaba Rafael. De esa manera conocieron al padre de una joven bailarina canaria, famosa en la localidad, que fue contratada por TEO para formar parte de un cuadro flamenco sevillano que iba a actuar en el archipiélago. Rafael, por tanto, volvió a Sevilla para preparar el espectáculo flamenco y regresar con ellos a las islas. Pidió prestadas 3.000 pesetas a Manuel, asegurándole que en tres días volvería. El representante no regresó a las islas hasta pasados unos veinte días, pero Manuel nunca recuperó el dinero prestado.

Con poco dinero, sólo, sin haber cerrado ninguna contratación para el grupo, Manuel encontró apoyo en el padre de la joven bailarina contratada por TEO, prestándole 2.000 pesetas cuando le hizo falta para seguir viviendo.

Antonio Capellán, Paco Moral, Guillermo Distinguido y José González llegarían a Las Palmas a finales de octubre, finalizados los compromisos que el grupo aún tenía en la península. Con gran alegría recibió Manuel Rueda a sus compañeros, festejándolo con un suculento almuerzo en el bar de Jeremías. El grupo quedó instalado en la habitación que Manuel ocupaba desde su llegada a Gran Canaria. 

Playa de las Canteras. Foto: Manuel Rueda.

Playa de las Canteras. Foto: Manuel Rueda.

Paseo marítimo, playa de las Canteras. Foto: Manuel Rueda.

The Barking en la playa de las Canteras (Las Palmas de Gran Canaria)
Foto: Manuel Rueda.


Manuel Rueda y Antonio Capellán, como de costumbre, se lanzaron a buscar locales donde poder actuar. Por indicación de algunos residentes se dirigieron a la playa de Maspalomas, en el sur de la isla, situada en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, sitio turístico por excelencia. En el lugar conocieron a don Luis, gerente del “Hotel las Arenas”, llegando a un acuerdo encubierto hasta que el director del hotel regresara de vacaciones y legalizase la contratación del conjunto. Es, por tanto, en el “Hotel las Arenas” donde The Barking comenzó a actuar y dar conciertos en Canarias, tocando todas las noches desde las 21:00 h. a 24:00 h. Poco a poco el grupo fue conquistando el cariño y la simpatía de los clientes del hotel, aunque no de todos los turistas. Diariamente una chica alemana cantaba acompañando al conjunto y finalizaba sus actuaciones lanzándose a la piscina del hotel. Una noche, un huésped lanzó huevos y botellines de cristal desde la ventana de su habitación, dando de lleno al órgano con los huevos e impactando un botellín en la cabeza de la mujer. Un acompañante de la joven, micrófono en mano, expresó su malestar e indignación al insensato bárbaro, aunque los palaciegos sólo llegaron a comprender la palabra criminal.

The Barking en la terraza del Hotel Las Arenas.
Imagen tomada por un turista alemán. Foto: Manuel Rueda.

El hotel “Las Arenas” estaba situado en un espacio natural, paradisíaco, con una magnífica playa a menos de 50 metros de las instalaciones. Las Dunas, cercanas al hotel, era lugar donde se practicaba el nudismo. Resultaba curioso a los palaciegos ver, por estar prohibido bañarse desnudos, como los bañistas se vestían rápidamente cada vez que sobrevolaba el lugar los helicópteros de la Guardia Civil.

Cuando en el hotel el trabajo comenzó a decaer el grupo volvió a rastrear locales donde poder actuar, así que Manuel Rueda y Antonio Capellán decidieron ir a Tenerife. En el puerto no pudieron conseguir pasajes para Tenerife, se habían agotado y el nuevo barco no zarpaba hasta dentro de una semana. Esa noche la pasaron en Las Palmas en casa del padre de la bailarina de flamenco. Y nuevamente el azar, el destino, hizo que los amigos se toparan con un cartel publicitario que cambiaría su rumbo en Canarias…En una calle de Las Palmas tropezaron con un anuncio del Racing Club, entidad que ofrecía bailes sociales a su clientela.

The Barking en la acera, frente al Racing Club. Foto: Manuel Rueda.


En el Racing Club, situado en la calle Tecen nº 14,  Manuel y Antonio fueron atendidos por el presidente de la entidad, Julio Zapico Fernández, que ofreció al conjunto The Barking la posibilidad de realizar una prueba. Ese encuentro será el punto de inflexión, el comienzo o inicio de los éxitos para el grupo en Canarias. La prueba realizada el viernes resultó un éxito para el grupo, repitiendo actuaciones el sábado y domingo, tarde y noche. Días después se formalizaría la firma del contrato que unió a The Barking tres meses al Racing Club.

Contrato de The Barking con el Racing Club.
Foto: Manuel Rued
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Los éxitos en el Racing Club propiciaron que el público comparase a The Barking con el grupo isleño Los Canarios, formado en torno al cantante Teddy Bautista (antiguo presidente de la SGAE) y que destacara en los años 60 y 70.

Los palaciegos se caracterizaron por adaptar canciones de forma rápida, haciéndolas suyas; en este sentido, aún recuerdan la anécdota que les ocurrió en el Racing Club. Un muchacho les entregó, una tarde, un disco con la canción “Sing Fool Sing” de la banda Titanic. The Barking, al día siguiente, iniciaría su actuación con la mencionada canción, haciendo dudar a parte del público de si hacían play back. El chico que les proporcionó el disco tuvo que subir al escenario para convencerse que la canción de Titanic estaba tocándose en directo.

The Barking simultaneaba, a veces, actuaciones en el Racing Club con otras en diferentes pueblos de Gran Canaria, aunque para ello siempre pidió permiso al presidente de la Sociedad, a la que les unía un contrato para actuar sábados, domingos y festivos. 

Primera indumentaria de The Barking en el Racing. Foto: Manuel Rueda.

The Barking actuando en el Racing Club, diciembre de 1971. Foto: Manuel Rueda.

The Barking, en las islas, mantuvo relación y gran amistad con los integrantes de la orquesta “Los Covinas”, en especial con Paco Covina, organista del grupo y también con la orquesta “Los Mejías”, representada por el señor Mejías, persona mayor que tocaba el piano. Los palaciegos supieron ganarse el respeto y cariño de todos. Nunca tuvieron problemas para ser trasladados por amigos, en mercedes y los equipos en camionetas, a los pueblos donde daban conciertos. Años más tarde Guillermo Distinguido y Antonio Capellán visitaron varias veces las islas, por ocio, siendo recibidos como hermanos en casa de “Los Covinas”.

Concierto Solidario en favor del boxeador canario Ansua.
Foto: Manuel Rueda.

En Noche Buena los componentes de The Barking estrenaron traje de gala en la actuación que celebraron en el Racing Club. El último día del año 1971, Noche Vieja, por mediación del señor Mejías tocaron en un mesón situado en Tafira Alta, zona residencial de la capital, favorita de la élite financiera y extranjeros adinerados. En el mesón, propiedad de un empresario exportador e importador de licores, se reunió aquella noche la Jet-set de la isla. Los pasodobles, valses, tangos y rock and roll que amenizaron la velada hasta  pasadas las 6 de la mañana,  hicieron que fuese considerada como una actuación memorable. El contrato proporcionó al grupo 40.000 pesetas, una fortuna en aquellos años.

The Barking estrenado los trajes de gala.
 Foto: Manuel Rueda.

Noche Buena del año 1971 en el Racing Club. Foto: Manuel Rueda.


Fotos, documentación, asesoramiento y recuerdos de Manuel Rueda.

M. Sánchez Martín, Asociación Cultural Searus, noviembre de 2015.

Capítulo-9: "Historia y recuerdos de The Barking, grupo de pop rock de Los Palacios y Villafranca"

El carnet emitido por el Sindicado Nacional del Espectáculo para artistas “de circo, variedades y folklore” era obligatorio para cualquier músico profesional de la época. Los músicos aficionados, sin carnet, sólo podían actuar los días de fiesta y fines de semana, el carnet posibilitaba actuaciones todas las fechas del año. Los músicos titulados, con estudios en conservatorio, alcanzaban la acreditación requerida para la obtención del carnet tramitando su solicitud; sin embargo, el resto de músicos debían superar una prueba de actitud ante un tribunal, que examinaba sus dotes en el plano vocal o pericia con el instrumento declarado, realizándose la prueba de forma individual o en grupo, según la circunstancia.

Antonio Capellán, Manuel Rueda, Guillermo Distinguido y Paco Moral

A finales de enero de 1971 los músicos de The Barking realizaron la prueba para la obtención del carnet de músico profesional. Una fría mañana de invierno el grupo accedió, por la puerta trasera, al edificio del antiguo Teatro Álvarez Quintero de Sevilla, lugar donde se realizaban los exámenes. Debido al número de aspirantes que se agolpaban en el recinto, les obligaban hacer cola y esperar turno en la calle, a las puertas del teatro.

Carnet de músico profesional, emitido el 10 de marzo de 1971.
Foto: Manuel Rueda.

Los palaciegos hicieron tiempo en un bar situado en las proximidades del coliseo. Algunos tomaron café, Guillermo café y copa de coñac, y tan larga fue la espera y tantas las copas tomadas por Guillermo que cuando subió al escenario, para realizar la prueba, no atinaba ni encontraba el clavijero para enchufar el jack. No sonaron bien las notas aquella mañana, no fue una buena actuación, aunque salvada gracias a la intervención de un miembro del jurado, representante de artistas, que conocía la valía del grupo y colaboró influyendo en el resto del tribunal para que los integrantes de The Barking obtuviesen el carnet profesional.

La revista publicitaria o catálogo de la agencia ERG, Espectáculos Rufino González J., incluyó al conjunto The Barking en su lista de artistas, compartiendo páginas con Rocío Jurado, Enrique Montoya, La Polaca, Fórmula V, La Camboria, Los Payos, Luciana Wolf, entre otros. Un ejemplo, una muestra de la notoriedad y repercusión que el grupo palaciego estaba consiguiendo.

Revista ERG. Foto: Manuel Rueda
Revista ERG. Foto: Manuel Rueda
Revista ERG. Foto: Manuel Rueda
Revista ERG. Foto: Manuel Rueda
Revista ERG. Foto: Manuel Rueda
Revista ERG. Foto: Manuel Rueda

Varias fueron las personas del pueblo que colaboraron con el grupo en el plano logístico, conduciendo la furgoneta que trasladaba a los músicos y a los instrumentos a los pueblos donde eran contratados. Dependiendo de la disponibilidad de unos u otros, se iban alternando Brenes, Francisco Cid (Nene Puyita), Emilio “El Cebadero”, Campos, Juan Mariscal y José María Cortés o su padre. Aún recuerda José María Cortés (El de la venta) el día que sustituyó a su padre en la conducción de la furgoneta que trasladó a los músicos a Nerva y sobre todo, lo que allí se “ligó”.

The Barking en Nerva. Foto: Manuel Rueda

El conjunto, durante los meses de invierno y primavera, actuó en diferentes clubs de la capital sevillana, repitiendo varias funciones en el Club Alegría, situado en la Avda. de Andalucía frente al actual Centro Comercial “Los Arcos” y en el Club Juventud, en la Avda. de Miraflores.

Una tarde en la que Brenes fue el encargado de trasladar al grupo al Club Juventud sucedió una curiosa anécdota en la que intervino la policía.
En la zona de la Macarena, esperando en un semáforo para realizar un giro a la izquierda, la luz verde indicó camino libre hacia delante y Brenes aceleró, girando a la izquierda. Un Guardia observó la maniobra, detuvo la furgoneta y recriminó a Brenes el salto de la señal luminosa. Brenes se justificó alegando que el semáforo estaba en verde, a lo que el Policía Municipal le contestó,  “verde estás tú”. No obstante, el Agente fue benévolo y perdonó la multa.

En mayo el conjunto volvió a coincidir en la feria de Guadalema de los Quinteros con el grupo “Los Duendes”. Pocos días después de finalizadas las fiestas la formación de Guadalema se disolvió y uno de sus integrantes, José González (“Joselín”) que tocaba el bajo, se unió al grupo palaciego. “Joselín” fue desde ese momento el encargado de tocar el órgano en The Barking, instrumento que adquirió con su propio dinero.

Con la llegada del nuevo componente, en el verano de1971, el grupo quedó formado por Manuel Rueda, rítmica; Antonio Capellán, bajo; Guillermo Distinguido, voz y punteo; Paco Moral, voz y batería; José González, órgano.

Cartel publicitario con los cinco componentes del grupo. Foto Manuel Rueda.

La incorporación del órgano proporcionó al grupo nuevas posibilidades para el montaje de canciones. Se incluyeron temas de “Santana, Titanic, Black Sabbafh, Steppenwolf”, etc…y otros grupos que acompañaban sus temas con efectos musicales de teclados. El conjunto dio un salto de calidad en el sonido, además de ampliar y variar su repertorio. Se mezclaron y alternaron temas de rock duro con otros melódicos, completando las actuaciones con valses, pasodobles, tangos, sevillanas, etc. permitiendo satisfacer los gustos de un mayor número de asistentes a los conciertos.

The Barking, con los cinco componentes, en la feria de Bormujos. De izquierda a derecha: Guillermo Distinguido,
José González, Manuel rueda, Paco Moral y Antonio Capellán. Foto: Manuel Rueda.

Pueblos de la provincia de Sevilla, Huelva y Badajoz fueron escenarios de actuaciones durante los meses de verano. En Morón de la Frontera ocurrió una circunstancia que supuso no volver a tocar en dicha población. El humorista, cantante y actor José da Rosa Villegas, conocido popularmente como Pepe da Rosa, hizo de representante del grupo en la feria de dicho municipio y al liquidar el contrato intentó obtener un porcentaje mayor de los pactado, a lo que no accedieron los músicos palaciegos. El incidente ocasionó la ruptura de relaciones entre las partes.

También en el verano de 1971, como no podía ser de otra manera, The Barking volvería a actuar en la terraza de verano del Restaurante “El Desembarco”, sirviendo como ceremonia de presentación en el pueblo de “Joselín”, el nuevo componente del equipo.

La caseta Tele-Club San José acogería durante los días 17, 18, 19 y 20 de septiembre, feria de Coria del Río, conciertos del grupo.

The Barking en la terraza del Desembarco. Foto Manuel Rueda.
The Barking en la terraza del Desembarco. Foto Manuel Rueda.
The Barking en la terraza del Desembarco. Foto Manuel Rueda.

Feria de Coria del Río, septiembre de 1971.
Foto: Manuel Rueda

Fotos, documentación, asesoramiento y recuerdos de Manuel Rueda.
M. Sánchez Martín, Asociación Cultural Searus, noviembre de 2015.

Capítulo-8: "Historia y recuerdos de The Barking, grupo de pop rock de Los Palacios y Villafranca"

Los componentes del grupo palaciego The Barking volvieron a actuar en la sala de fiestas “El Faro Rojo”  semanas después de finalizar el Festival de Música Pop y aprovecharon la circunstancia para recoger las medallas grabadas con sus nombres, que formaban parte del premio obtenido.

Recogiendo las medallas. De izquierda a derecha: Manuel Rueda, Paco Moral, Francisco Cid,
Guillermo Distinguido y Antonio Capellán. Foto: Manuel Rueda.

Anverso de la medalla, I Festival Música Pop
Foto: Manuel Rueda.
Reverso de la medalla, I Festival Música Pop
Foto: Manuel Rueda.

La rotonda de las banderas de Matalascañas, en los años 70, no era más que una simple explanada. Aquellos terrenos baldíos se usaban como recinto para organizar festejos y espectáculos al aire libre. Desfiles de modelos, conciertos, etc. en los que The Barking compartió cartel en varias ocasiones con artistas de prestigio en aquellos años, como Orquidea Robinson, Enrique Montoya, Antonio Machín y Luciana Wolf.

Rotonda de las banderas, Matalascañas. Foto: Google maps, 2015.

La fama, así como el “caché” en el mundillo artístico y musical conseguido con el triunfo en el Festival de Música Pop les proporcionó numerosas ofertas y contratos para actuar en lugares cada vez más alejados de Los Palacios y Villafranca. En lo que restó de verano y otoño del 70, las galas se sucedieron casi a diario en pueblos de las provincias de  Huelva, Sevilla y principalmente de Badajoz (Bienvenida, Villagonzalo, Zafra, Mérida, etc.).

Primer cartel publicitario de The Barking. De Izquierda a derecha: Paco Moral,
Guillermo Distinguido, Antonio Capellán y Manuel Rueda. Foto: Manuel Rueda.

Aún recuerdan los palaciegos, del primer concierto ofrecido en Nerva, algunos comentarios realizados por cierto grupo de chicas de la localidad que aludían a que el grupo no podía ser muy bueno, ya que no tenían el pelo largo. A finales de los años 60 y en los 70 comenzaba a estar de moda las melenas largas y descuidadas de los artistas y músicos de rock. No obstante, esa circunstancia no fue obstáculo para que el grupo repitiese actuaciones exitosas en la mencionada población.

En el municipio pacense de Bienvenida The Barking actuó en varias ocasiones, todas en el recinto del cine de invierno que era usado también como sala de teatro. El escenario se situaba junto a la pantalla de proyección del cine, las sillas se colocaban en el perímetro que delimitaba el recinto, sobre la pared y el resto de la sala se convertía en una enorme pista de baile, siempre abarrotada por los bulliciosos mozos del pueblo. 

Bienvenida.  foto: Ayuntamiento de Bienvenida (Badajoz)

Los jóvenes de Mérida pudieron disfrutar de varios conciertos de The Barking durante los meses de verano, consiguiendo el grupo una gran notoriedad. El “Club la Herradura” acogió la última actuación de los palaciegos en aquella temporada estival.

 El mencionado local disponía de una inmensa terraza y un enorme escenario, en el que los músicos estaban separados, unos de otros, más de tres metros. Al comienzo del segundo pase musical de la noche subieron espontáneamente al “tablao” dos chicas, rubia y morena, vestidas con minifaldas y cintas de colores atadas a la frente. Bailaron con ritmo, coreografiando la música que tocaba el grupo. El espectáculo fue aplaudido, con júbilo, al término de cada canción tanto por las personas que abarrotaban la terraza como por los vecinos que desde los balcones de los edificios cercanos contemplaban la función. A Guillerno Distinguido, con mucha guasa y echando leña al fuego, se le ocurrió dedicar una canción a los espectadores que desde fuera del “Club la Herradura” seguían el espectáculo. La ocurrencia de Guillermo provocó tal animación y entusiasmo que las improvisadas gradas de los miradores parecían que iban a venirse abajo debido a los aplausos de los allí presentes. Pasada la una de la madrugada la fiesta continuaba con animación, sucediéndose las  reiteradas e insistentes peticiones de canciones. Sin duda, esa noche se fraguó un gran éxito del grupo.

Teatro Romano de Mérida. Foto: Festival de Mérida.

A primeros de septiembre de 1970 el conjunto The Barking dio por finalizada la gira por tierras pacenses actuando tres días en la feria y fiestas de la localidad de Villagonzalo. Hasta dicha población se trasladaron los músicos y transportaron los equipos e instrumentos en la furgoneta de “Emilio el Cebadero” conducida por Francisco Cid Páez (Nene Puyita), Guardia Civil en aquellos años en Los Palacios y Villafranca. Tres intensos días de actuaciones en el cine del pueblo, con llenos a rebosar, y en el que  sucedió una anécdota merecedora de ser recordada.

Villagonzalo (Badajoz). Foto: José Luis.

El último día de feria de Villagonzalo, en el descanso del primer pase de la actuación del conjunto palaciego, un grupo de chicas invitaron a los músicos a unas copas en la única caseta existente en el recinto ferial. Tomadas las bebidas, los integrantes de The Barking regresaron al cine-teatro para proseguir con el segundo pase de la noche. Durante la actuación, una pareja de la Guardia Civil se personó en la sala preguntando por los componentes del grupo. Francisco Cid (Nene Puyita), que había llegado del pueblo para trasladar al conjunto y los instrumentos de nuevo a Los Palacios y Villafranca, se identificó ante los agentes de la benemérita y solicitó expliciones. Según los agentes, el dueño del bar de la caseta de feria había denunciado a las muchachas y al grupo por no pagar las copas que habían tomado. Comentaron que las protagonistas de la invitación, alegando que la factura era exageradamente cara, se marcharon sin pagarla y como los componentes del grupo era fácilmente identificables por la vestimenta, fueron a reclamarles la cuenta impagada. Resuelto el incidente por los agentes de la Guardia Civil y Francisco Cid, las jóvenes se vieron obligadas a liquidar la deuda y los palaciegos absueltos de todo compromiso.

En las instalaciones del Real Club Pineda de Sevilla, The Barking amenizó la cena de Noche Vieja del año 1970 a un grupo de militares y a sus familiares. La velada supuso 20.000 pesetas de ingresos para el conjunto, una suma de dinero importante debido el prestigio que el conjunto había adquirido en los últimos meses. El Capitán Vázquez Ochoa, presente en la fiesta, reconoció entre los músicos a Antonio Capellán, que había realizado el servicio militar a sus órdenes. Antonio se presentó ante la autoridad militar con el saludo “mi capitán, soy Begines”.

Pabellón construido en 2008 (Real Club Pineda de Sevilla). Foto: R. C. Pineda.

La cena estuvo amenizada por el susurro de una serie de canciones melódicas y la sobremesa y fiesta final animada con sevillanas, pasodobles, valses, etc. También se tocó el “Casa-Cho”, por petición del público, y aunque el tema estaba de moda en aquellos años no formaba parte del repertorio del grupo, aunque se logró salir de forma airosa del trance improvisando las notas musicales de la composición.



Fotos, documentación, asesoramiento y recuerdos de Manuel Rueda.
M. Sánchez Martín, Asociación Cultural Searus, noviembre de 2015.

"Tostá con sardinas"

“Tostá” con sardinas, excelente propuesta para degustarla en los días soleados de otoño. Alimento muy considerado por nuestros mayores cuando el trabajo en el campo transcurría de sol a sol, quizás porque las sardinas abundaban y su precio era modesto. Cocina tradicional de Los Palacios y Villafranca.

Foto: Sergio Villar Bertholet


Foto: Aurora Belén Pérez


Es un pescado que se cocina en grandes concentraciones de personas en los festejos populares. Aunque nunca ha sido muy valorada, debido a su abundancia y su bajo precio. Aún hay quienes piensan que si algo es abundante y su precio es asequible, no puede ser bueno… ¡Ellos se la pierden!.

La sardina es un alimento con un alto valor nutritivo. Es un pescado azul, con buena fuente de omega-3, que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos, además de aumentar la fluidez de la sangre. Su contenido proteico también es elevado. Entre las vitaminas que aporta se encuentran algunas del grupo B como la B12, B1. Intervienen en numerosos procesos de gran importancia como la formación de glóbulos rojos, la síntesis de material genético, etc.


Foto: María Dolores Guerero Guerero


La  mejor temporada para degustar la sardina es durante los meses de verano, temporada en la que estos peces se sobrealimentan debido a la abundancia de plancton y acumulan acumulan gran cantidad de grasa bajo sus escamas. No obstante, es una delicia poder saborearla durante todo el año…

Las sardinas podemos prepararlas a la parrilla o a la plancha. Es un plato muy simple y con un sabor intenso. Las sardinas, a no ser que vengan desde el mercado muy sucias, no se les hace nada, salvo echarles un buen puñado de sal por encima. No hace falta destriparlas, quitarles la cabeza ni las escamas. De esa operación nos ocuparemos cuando nos las comamos.

Foto: Sergio Villar Bertholet
 
Foto: Juan Baquero


Colocamos la plancha encima del fuego medio/fuerte o de las brasas, siempre que éstas estén a buena temperatura. Cuando la plancha esté caliente añadimos un “pelín” de aceite de oliva y otro buen puñado de sal. Si usamos una parrilla no vertemos aceite y la sal la echamos sobre las sardinas. Encima de uno u otro objeto dispondremos las sardinas. No las tocamos, las dejamos hacer durante unos 3 minutos, dependiendo del tamaño de las mismas y hasta conseguir que estén bien doradas. Con una espátula o paleta les damos la vuelta y esperamos un intervalo de tiempo similar hasta que queden por los dos lados bien hechas. Transcurrido el referido tiempo retiramos las sardinas de la plancha o parrilla y las vamos colocando sobre un plano, volviendo a repetir la misma operación con el resto de las sardinas que nos vayamos a comer.

Foto: Juani García Bejinez

Procederemos también a tostar el pan. Para ello, cortamos una media de pan y le hacemos “alegrías” con un cuchillo o navaja (cortes con forma de rombos). Lo acercamos al fuego de las brasas, con cuidado de que no se queme. Una vez tostado le añadimos aceite de oliva.

Foto: Sergio Villar Bertholet


Se aconseja asar las sardinas en un lugar abierto, patio ventilado, terraza, campo, etc. Ya que el olor y el humo que se desprende pueden quedar impregnados en las habitaciones de la casa, si se nos ocurre hacerlas en la cocina.

Foto: Antonio Cerrá
Foto: Juan Carlos Moreno Barba


Nuestros mayores acostumbraban a tostar el pan ensartándolo con un sarmiento y dejándolo que se tostara en las brasas de un fuego realizado con ceporros, trozos de madera procedente de las viñas viejas y podadas. Las sardinas se asaban con el mismo procedimiento, en forma de espeto, aunque una a una. Eran otros tiempos, en los que la jornada laboral del hombre del campo transcurría de sol a sol y el almuerzo se realizaba en el lugar de trabajo, en le “tajo”. Se acostumbraba a realizar el almuerzo a la sombre de una vieja choza o un olivo en los meses de verano  y alrededor de un fuego, prendido por la mañana,  en los fríos días de otoño e invierno.

M. Sánchez Martín, Asociación Cultural Searus.

Capítulo-7: "Historia y recuerdos de The Barking, grupo de pop rock de Los Palacios y Villafranca"

La noche del sábado 15 de agosto de 1970  será para el grupo palaciego The Barking la llave que le posibilite abrir nuevas puertas. El triunfo en el I Festival de Música Pop de Torre la Higuera establecerá un antes y un después en la carrera del grupo.

De Izquierda a derecha: Juan Bermúdez, Manuel Rueda, Antonio Capellán, Manolo Rueda (padre), Francisco Cid, Paco Moral,  Juan Luis Rodríguez (Presidente del Jurado) y agachado, Guillermo Distinguido.


En los panfletos y carteles publicitarios de la final se aludían a la posibilidad de la presencia de las cámaras de T.V.E en la discoteca, para filmar imágenes del evento. También se indicaba que el público asistente sería quien con su voto, seleccionaría al ganador. Se indicaba, así mismo,  que intervendría un Jurado calificador integrado por destacadas personalidades. En el reverso de la publicidad se mostraba la lista de precios del bar. Curioso los precios y la relación de bebidas expuestas en el cartel, que nos dan una idea de la economía y gustos de la época.

Foto: Manuel Rueda
Foto: Manuel Rueda


Aquella tarde-noche calurosa del verano del 70, desde las 21:00 h., todo estaba preparado en la sala de la discoteca El Faro Rojo de Torre la Higuera para acoger la final del certamen. Un bullicioso público deseoso de ver y escuchar a los grupos “Sonido Libre” de Coria del Río y “The Barquing” de Los Palacios y Villafranca, llenaba la sala. Los músicos tensos y preocupados ante la última prueba que les esperaba antes de alcanzar el premio, la victoria y la gloria, aguardaban expectantes.

El grupo Sonido Libre dio comienzo a la velada tocando, como solían, con música rock y blues. Más tarde llegó el momento de The Barking, sin suerte en la primera canción que interpretó. Sus guitarras sonaron desafinadas, a pesar de haber sido afinadas en el ensayo previo a la actuación. En aquellos años no existían afinadores silenciosos, así que se afinaban los instrumentos haciéndolos sonar. El sonido que se emitía por los altavoces y llegaba a oídos del público no era nada agradable. El dueño de la sala de fiestas y organizador del Festival, acudió rápidamente al escenario interesándose por el problema que ocasionaba los molestos ruidos, en plena actuación. Aclarado y resuelto el contratiempo, con las guitarras afinadas y sin que se produjese otro tipo de incidente, The Barking prosiguió la actuación.

The Barking y “Sonido Libre”, en un momento de las actuaciones. Foto: Manuel Rueda.

Unas notas musicales bastaron para que el conjunto palaciego se ganase la simpatía del público que solicitaban, entusiasmados, una y otra vez diferentes canciones, pasodobles, sevillanas, etc. siendo las peticiones correspondidas con bellas melodías. El público cayó entregado a los pies de The Barking, desde el primer momento de la actuación.

Avanzada la noche y tras el segundo pase realizado por “Sonido Libre”, nuevamente subió al escenario el conjunto del Pueblo, acabando y cerrando la función de la noche y dando paso a la elección del conjunto ganador.

Sobre las tres de la madrugada se iniciaron las votaciones, en las que participaron el público asistente y el jurado del concurso, formado por Luis Echeverría Ruiz, propietario de Torre la Higuera; Vicente Carrasco Páez, comandante de Infantería; Juan Luis Rodríguez Troncoso, profesor de guitarra del Conservatorio de Música de Sevilla; Pedro Peláez Peláez, teniente de Alcalde; señor Hayoz; Juan Bernáldez Sánchez y señor Fernández Vizcaya.

Miembros del Jurado acompañados por sus esposas.
Revista “Playa de Matalascañas”. Foto: Manuel Rueda.

Se vivieron momentos de nerviosismo e incertidumbre cuando Juan Luis Rodríguez Troncoso, portavoz del jurado, tomó el micrófono y la palabra. Tras exponer su discurso, preparado, sobre la evolución experimentada por la música en los últimos años y ensalzar la idea de los organizadores por convocar un festival de las características del que se había celebrado, dando la posibilidad a nuevos valores, a grupos que pretenden hacerse hueco en el mundo de la música…así hasta que, con gran solemnidad y creando un halo de suspense en el resultado del Festival, anunció que el finalista había sido… el conjunto “Sonido Libre” con cerca de 1000 puntos y el vencedor del I Festival de Música Pop, de Torre la Higuera, el conjunto The Barking con más de 1200 puntos.

La alegría y felicidad se desbordó en los componentes del grupo palaciego, así como en los acompañantes presentes, Manuel Rueda (padre de Manuel Rueda) y Francisco Cid Pérez (“Nene Puyita”), encargado de la conducción de la furgoneta de Emilio “El Cebadero”, medio de transporte habitual en los desplazamientos del grupo. El público y el jurado los premió, también, con calurosas muestras de cariño en forma de aplausos.

El premio en metálico recibido, 30.000 pesetas con las que se podían comprar en aquellos años dos o tres solares, pasaron de manos del grupo a las del Sr. Conrado, el avalista de Guadalema de los Quinteros que había prestado una importante cantidad de dinero a The Barking para la adquisición de nuevos y potentes instrumentos. También les sería entregada a cada componente del grupo, semanas más tarde, una medalla  personalizada con el nombre de cada uno.

De de pie: miembros del Jurado, Manuel Rueda (padre) y Francisco Cid (“Nene Puyita”)al fondo.
Agachados: Un amigo del grupo y los miembros de The Barking. Foto: Manuel Rueda.

De izquierda a derecha: Manuel Rued (padre), Francisco Cid y los miembros de The Barking.
Agachados: Integrantes del conjunto “Sonido Libre”, finalistas del Festival. Foto: Manuel Rueda.


La prensa se hizo eco del triunfo de The Barking en el I Festival de Música Pop de Torre la Higuera:

Diario ABC de Sevilla, en la página 13, el día 19 de agosto: “Avanzada la temporada veraniega, Torre la Higuera culmina su extenso programa de festejos con la final del II (error) Festival de Música Pop, ganando por el conjunto The Barking, que aparece en la foto superior, junto a los miembros del jurado…”.

Publicado en ABC, 19de agosto de 1970

Publicado en ABC, 19 de agosto de 1970

Correo de Andalucía, página 16, día 21 de agosto: “Se celebró la gran final del Festival de Música Pop. Compitieron en esta final los conjuntos “The Barking” y “Sonido Libre”. Una vez que el numeroso público hubo votado, el jurado formado por varias personalidades, dio su veredicto al conjunto “The Barking”, de Los Palacios. Este grupo recibió un  gran premio en efectivo y actuará en el cocktail de clausura de Festejos Verano 70 de Torre la Higuera. El jurado que supervisó la votación, estaba compuesto por don Luis Echeverría Ruiz, propietario de Torre la Higuera; don Vicente Carrasco Páez, comandante de Infantería; don Juan Luis Rodríguez Troncoso, profesor de guitarra; don Pedro Peláez Peláez, teniente alcalde; señor Hayoz; don Juan Bernáldez Sánchez y señor Fernández Vizcaya.”

El Correo de Andalucía, página nº 16, 21 de agosto de 1970. Foto: Manuel Rueda.

Revista local “Playa de Matalascañas”, número 3 de agosto de 1970: “Con extraordinario éxito de público y de participantes, se ha celebrado a lo largo del verano el “I Festival de Música Pop” de Torre la Higuera, teniendo por escenario el “Faro Rojo”. En la reñida competición musical, resultó vencedor el conjunto titulado “The Barking”, que aparece en la fotografía de la derecha, y en segundo lugar se clasificó “Sonido Libre”.

Revista local “Playa de Matalascañas”. Agosto de 1970. Foto: Manuel Rueda.

Revista local “Playa de Matalascañas”.
Foto: Manuel Rueda.
Revista local “Paya de Matalascañas”
Foto: Manuel Rueda.


Como se indicó anteriormente, el Festival ayudó al grupo a franquear numerosas y nuevas puertas, viéndose recompensado con actuaciones, de forma ininterrumpida, todas las semanas. Pero también fue importante la repercusión que tuvo entre los representantes de músicos, “lloviéndoles” las ofertas para ser representados: Rafael Mateo Ruiz (espectáculos TEO), Pulpón, Rufino González, Circuitos Saavedra, José Luis Ramos…


Fotos, documentación, asesoramiento y recuerdos de Manuel Rueda.

M. Sánchez Martín, Asociación Cultural Searus, noviembre de 2015.