“Recogida de basura. Limpieza del Lago de Diego Puerta”


Loable tarea realizada por el bien del medio ambiente y de la comunidad…

Actividad organizada por el Grupo ANEA de Los Palacios y Villafranca y un grupo de jóvenes palaciegos, que ha contado con la colaboración del Ayuntamiento del pueblo.

Un grupo de amigos, de entre 17 y 20 años, que se sienten interesados y movidos por los aspectos ecológidos y el medio ambiente local, se pusieron en contacto con el Grupo ANEA de Los Palacios y Villafranca y llegaron al acuerdo de promover acciones que hiciesen posible la mejora de nuestro entorno. El Grupo Anea acogió bien la idea y surgió el proyecto de limpieza de la zona que circunda la laguna de Diego Puerta.
La actividad que nos ocupa, “Recogida de basura. Limpieza del Lago de Diego Puerta”, se ha organizado en colaboración con el Ayuntamiento palaciego, que se comprometió a ceder dos cubas para depósito de la basura y guantes de trabajo.
Unas cuarenta personas, la mayor parte de ellos jóvenes, acudieron a la llamada realizada para la realización de los trabajos de limpieza. Fue un no parar desde las 9:30 h. hasta las 14:00 h.
Se ha dado un gran paso, aunque en las inmediaciones de la laguna aún permanece una gran cantidad de basura que no se pudo recoger por la falta de medios disponibles.

Animamos a seguir realizando actividades que conciencien y eduquen en el cuidado de la naturaleza, como una misión de tod@s...

Las fotos que se adjuntan han sido cedidas por Lucía Caballero a la Asociación Cultural Searus para su publicación.
















































Las Ferias de la Primera República.


LAS FERIAS DE LA PRIMERA REPÚBLICA
Gracias a casetas como la del Círculo Mercantil, una de las más antiguas del real, se consolidó la influencia de la Inglaterra victoriana en Sevilla

JULIO MAYO
Señala la entrada principal de nuestra feria, una portada monumental que se inspira en antiguas casetas del Círculo Mercantil, en homenaje a la conmemoración de su sesquicentenario aniversario fundacional, después de que sus socios dieran los primeros pasos organizativos en octubre de 1868, coincidiendo con la revolución septembrina. Desde el nacimiento de esta entidad, figuró entre sus propósitos la instalación de una caseta donde poder desarrollar una actividad propia, de eminente carácter socioeconómico. Facilitó la convivencia de integrantes de distintos sectores sociales, en una fiesta de raigambre rural y acogió a personas de la emergente burguesía sevillana, visitantes de otras provincias españolas, y distinguidos extranjeros que venían a vivirla. En aquellos años ya avanzados del siglo XIX, la vida del Mercantil estaba muy cerca del funcionamiento de los clubes londinenses, pues en los atrios de su frecuentada caseta acabaron los británicos por consolidar la Inglaterra victoriana en Sevilla, al tiempo que ayudaron a nuestra ciudad a culminar su tardía Revolución Industrial. A todas aquellas casetas de casinos y sociedades de recreo que existieron cuando la feria permaneció establecida en el Prado de San Sebastián, se debe la reorientación del primitivo carácter ganadero hacia otras formas de esparcimiento lúdico y festivo, después de que contribuyesen a introducir en el recinto a muchos personajes influyentes del momento, que no se hubiesen acercado a él atraídos exclusivamente por el ganado.

En enero de 1870, la sociedad reunida en la Casa Lonja (hoy archivo de Indias y antes Consulado de mercaderes), acuerda establecer su sede en la calle Cuna y formar la junta directiva que presidirá el socio fundador, don Simón Martínez, una vez ya constituida oficialmente ante el Gobierno Civil sevillano, y redactados sus estatutos bajo las pautas políticas que, en materia de economía, anhelaban implantar aquellos burgueses liberales de la ciudad que se agruparon para formar este colectivo, al calor del estallido de la «Gloriosa».

No se había celebrado la sesión inaugural de la sociedad, finalmente organizada el 8 de mayo de 1870, cuando se dio a conocer a los socios, el 6 de abril, que un comerciante había ofrecido la tienda de campaña que poseía alquilada «en el campo de San Sebastián», tal como expresa el acta que nos ha facilitado el profesor José Fernando Gabardón. Por el derecho de entrada, el poseedor de la caseta exigió inicialmente una cantidad económica a cada asistente, aunque sin quedar bien delimitadas las condiciones del disfrute. Por ello, el centro acordó realizar otra propuesta distinta al propietario. A escasos días del inicio de la feria, concretamente el 10 de abril, las dos partes acordaron que los billetes se vendiesen a un precio único por socio, con derecho a los tres días del festejo, sin ninguna restricción.

Casetas de los círculos y sociedades recreativas de la ciudad instaladas en la feria.
Mariano-Mateo de Pablo-Balnco/ABC



Caseta de un antiguo Círculo Mercantil. El recinto ferial acogió desde su nacimiento, en 1847, el montaje de suntuosas tiendas de campaña de diversos casinos. Una litografía de la Biblioteca Nacional, nos muestra la maravillosa creación de los arquitectos Sarazola y Fernández, en 1856. Según la Guía comercial de Gómez Zarzuela, editada uno de aquellos años, la tienda del ya extinguido Círculo tenía dos plantas, y contaba con salones de baile, restaurant, salón de descanso, gabinete de tocador, caballeriza y alguna que otra alcoba más, similar estéticamente a un templete chino o pabellones de las ferias de Madrid, Barcelona, o las exposiciones internacionales de París y Londres. A partir de la revolución de 1868, los estatutos de los círculos y casinos constituidos con anterioridad a aquella etapa política quedaron sin efecto, por lo que el actual Mercantil no fue una continuidad institucional del otro.  




Tres días por 25 reales
El Mercantil se comprometió, con el señor de la caseta, a entregarle el importe total de los carnets que se expidiesen, más los de otros que la entidad adquiriría para compromisos institucionales, hasta llegar a cubrir los gastos de montaje, según explican las actas del propio Círculo. En la revista mercantil sevillana denominada «La Luz», del 15 de abril (Sábado Santo) se introdujo esta nota informativa: «Esta Sociedad, según circular que ha pasado a sus socios, ha hecho un contrato con el dueño de la casilla –nombre que recibían las casetas de antaño– que en la feria se conoce como del Círculo Mercantil, por el cual se facilitan a los socios del primero billetes para los tres días de baile, al precio de 25 reales».

Se instaló la primera caseta el mismo año que llegó el tranvía a la feria (1870), un mes antes de la inauguración oficial de la sociedad, gracias al ofrecimiento realizado por don Leandro Catalina, un empresario de maderas que entonces regentaba el «Almacén del Rey», ubicado en Reyes Católicos.
Este comerciante vinculado a Jerez de la Frontera, mantenía contactos muy cercanos con socios como el propio presidente, don Simón Martínez, dedicado al comercio de la ropa y los tejidos, o don Antonio Olmedo López, un reputado vinatero, dedicado al comercio del vino, que vivía en la actual calle Albareda, junto a su hermano Fernando, el célebre canónigo de la catedral. Las aserradoras formaban parte del conglomerado de empresas auxiliares existentes en torno a la industria vinícola para la que se fabricaban múltiples utensilios bodegueros. Era alcalde presidente de la ciudad el comerciante de la calle Sierpes, don Laureano Rodríguez de las Conchas, socio del Círculo Mercantil y miembro de su directiva, que pasó a ser presidente en 1872 a la muerte del fundador.
En aquella época del Sexenio democrático (1868-1874), proliferaron un buen número de estos Círculos comerciales y económicos que estaban impregnados de un gran trasfondo político. También formaban parte del bando republicano en Sevilla, diversos comerciantes significativos asentados en las calles del centro urbano, que ya conocían bien las nuevas tendencias del positivismo e intentaban aplicar un modelo económico y político parecido al de Inglaterra. En este Centro Mercantil se unieron con el firme propósito de luchar en pro de la mejora comercial de sus negocios y el consecuente progreso económico de la ciudad.

Entre los documentos administrativos y distintos programas originales que se conservan en el Archivo Municipal, consta que la feria se celebraba aún, de modo invariable, los días 18, 19 y 20 de abril (martes, miércoles y jueves de Pascua de Resurrección). Ya contaba con un gran renombre tanto dentro como fuera del país. Todo el Prado presentaba un pintoresco panorama de tiendas confeccionadas a base de amplios y lujosos lienzos, montadas por el propio Ayuntamiento, los cuerpos militares, diferentes familias pudientes y diversos casinos, entre los que se encontraba este Mercantil que nos ocupa. Al margen de los tratos ganaderos, se anunciaban en las horas de la noche espectáculos sorprendentes con profusión de luces que iluminaban el campo, la improvisación de cantes y bailes propios de la tierra, otro tipo de música más estilizada y saraos en los que se disponían bailes de salón. Contaba con buenas vías de comunicación y un transporte muy económico, especialmente desde la inauguración del ferrocarril en 1862, debido a la cercanía de la feria con la estación de trenes. Todo favorecía enormemente la asistencia de los que acudían por recreo y de los que lo hacían por motivos de negocio, pues en el Real se suscitaban considerables operaciones mercantiles. En 1870 fue la primera vez que se amplió la celebración a varias jornadas más, a petición de los propios industriales tras las pérdidas económicas ocasionadas por las lluvias. Lo narra así Francisco Collantes de Terán en sus Crónicas de la feria.

Liquidación de rentas
Varios documentos del Archivo Municipal revelan que el ayuntamiento tuvo que llamarle la atención al dueño de la casilla, don Laureano Catalina, al año siguiente de 1871, por no liquidar a tiempo la renta que le correspondía al Asilo de San Fernando, centro benéfico al que iba destinada la recaudación de una serie de tiendas establecidas en el paseo central del Real. En el mes de marzo, don Leandro no había manifestado al Círculo todavía si volvería a ceder el espacio, según informó «La Luz».
En 1893, el Ayuntamiento promovió la fabricación de un grupo de casetas con mayores dimensiones, y le pidió al Círculo Mercantil que montase la suya a la vera de otros casinos, agrupando así las de este tipo de sociedades. Los gallardetes que ondean en el remate de la actual portada, evocan aquellos que hermoseaban el conjunto de casetas que la comisión de festejos dispuso construir entonces, diseñadas por el arquitecto municipal José Sáez. Sobre sus elementos constructivos y distintos motivos ornamentales, nos ha proporcionado una amplia información César Ramírez, autor de la portada conmemorativa de este año. Debemos al investigador Mariano Mateo de Pablo-Blanco, la fotografía que ilustra nuestro artículo, correspondiente a tales casetas agrupadas que se idearon levantar en 1893.
Cultura inglesa
La madrileña revista semanal de «La ilustración española y americana», fue ofreciendo puntual información sobre los hábitos y costumbres inglesas que la colonia británica trajo a nuestra feria, en unos años en los que Inglaterra era la primera potencia económica mundial. En 1872, la expresada revista menciona a Lord Hamilton, cuyo espectacular yate había permanecido anclado en el Guadalquivir, frente al palacio de San Telmo, durante los días festivos. A los señoritos sevillanos les resultaría prácticamente irresistible emular la elegancia de los caballeros anglosajones. Nos visitó el artista y escritor dramático Alfredo Thompson, que acudió a inspirarse en nuestras costumbres. Arribaban muchos hombres de la política, la banca y la aristocracia. Con independencia de los ingleses, deambulaban también norteamericanos, rusos y alemanes. Muchas de las casillas estaban engalanadas con banderas de todas las naciones.

Los ingleses, a los que les perdía el vino jerezano, trajeron las carreras de caballos, que se celebraban en Tablada, conjugándose las grandes fiestas hípicas con las regatas, adoptadas igualmente de su cultura. En las vísperas de la feria de 1876, días 16 y 17 de abril, se acopló una ancha plataforma en el río, desde la que se presenció la competición náutica. A la feria de aquel año llegó el mismísimo príncipe de Gales, don Eduardo VII, proveniente de Gibraltar. En la documentación histórica que conserva este Círculo Mercantil se constata el grado de implicación que llegaron a alcanzar diversas familias inglesas dentro de la sociedad, entendiéndose así, cómo del juego de la pelota llegó a propiciarse la aparición del Sevilla Foot-Ball Club en 1890.

Aquí no llegó la gran Revolución industrial que tuvo Inglaterra, aunque pudimos engancharnos al carro de la transformación y comercialización de muchos productos agropecuarios, gracias también al incomparable escaparate de una feria que, desde mediados del siglo XIX, consiguió atraer a no pocas personas de toda Europa y América. Su implantación constituyó un impulso categórico, de rango internacional, para Sevilla.
JULIO MAYO ES HISTORIADOR




Publicado el jueves 19 de abril de 2018 en diario ABC de Sevilla y autorizado por Julio Mayo para ser publicado en el blog de la Asociación Cultural Searus.

Amador Rojas, bailaor de Los Palacios y Villafranca.


Amador Rojas Falcón, “Amador Rojas”, nace en el año 1980 en Los Palacios y Villafranca (Sevilla). De naturaleza rebelde y autodidacta, a los siete años inicia su formación como bailaor con el Maestro Farruco, enseñándole la base del mundo del flamenco. Sin embargo, Amador no pudo recibir clases de baile ya que eran muy caras y su familia no se lo podía permitir. No obstante, sus ganas y empeño lo llevaron a aprender y mejorar gracias a que devoraba todo el material audiovisual (cintas de video) que caía en sus manos, especialmente de sus artistas preferidos. De esa manera, a los doce años comienza a bailar como solista, aportando su visión y manera particular de sentir el flamenco, creando sus propias coreografías. Podemos decir, por tanto, que el palaciego ha logrado alcanzar el éxito encima del escenario sin haber pasado por ninguna escuela de flamenco.
Foto: Flama, la guía del flamenco.

Con dieciséis años se proyecta internacionalmente cuando es contratado por Salvador Távora para formar parte de la compañía “La Cuadra” con el espectáculo “Carmen”. Permanece en esta compañía durante cinco años, recorriendo el mundo y participando en la Bienal de Flamenco de 1998. Con Salvador, Amador aprende la importancia de la interpretación en el baile. Transcurrido ese tiempo, volvería a establecerse como solista y a formar parte de la compañía de baille “Eva Hierbabuena”, con la que participaba en espectáculos como “A cuatro voces”,  “5 mujeres” o “Eva”. Amador es elegido por los grandes del flamenco como la Familia Montoya, Manuela Carrasco y Juana Amaya para participar en sus espectáculos.


Poco después es descubierto por Antonio Canales que, apostando fuerte por él, lo incluye como solista en sus espectáculos “Los Grandes”, “Bailaor”, “La Casa de Bernarda Alba” y “Mano a Mano”.

Foto: deflamenco.com

Foto: deflamenco.com


Con veintiún años, ya con cierta fama y sobre todo con su propia compañía y coreografía, interpreta y baila como solista los espectáculos de “Zelda” y la “Estatua de Maya” de Yuryko Yoda. También realzaría la obra “Kahlo Caló”, basada en la vida y obra de la universal pintora Mexicana Frida Kahlo, que se estrenó en Enero de 2008 en el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera (Cádiz). En la Bienal de Flamenco de Sevilla de ese mismo año, 2008,  recibiría el premio “Artista Revelación” en el Teatro Lope de Vega.
Foto: Chueca.

En Marzo del 2009 estrena en Sevilla su espectáculo flamenco “Mandala”, una mezcla de tradición y vanguardia donde el artista repasa las distintas formas de ver la vida. De esa manera el bailaor palaciego pretende celebrar una sintonía de ceremonias a las diferentes culturas, invocando lo mágico de la música y la danza mediante un ritual flamenco. En ese mismo año, 2009,  recibe el premio de “La Venencia Flamenca” en el Festival de La Mistela en Los Palacios y Villafranca.

Foto: Ecodiario.
Foto: Tablao Cordobés.


En junio de 2009 es invitado por el director teatral Miguel Narros para participar en su obra “Fedra”, en el marco del Teatro Romano de Mérida y en el Festival de Almagro, actuando junto a Lola Greco, la protagonista.

Tras el éxito arrollador de “Mandala” en Sevilla, en 2010 es estrenada en Los Ángeles (EEUU), donde  recibe el premio “The Golden Lyre Musicianship Award”.  Más tarde, “Mandala”  pasó por los escenarios de Madrid, Francia y Brasil. Compartiendo Amador, en el verano del 2010, escenario con Antonio Canales.

En este año 2010 es reconocido en su pueblo, Los Palacios y Villafranca, entregándosele el galardón “Joven del Año 2010” que concede anualmente la Delegación de Juventud del Ayuntamiento de la localidad.

En el 2011 inicia una gira por Hispanoamérica, estrenándose el 21 de Mayo en el auditorio del colegio Santa Úrsula (Perú), siendo acompañado por Juan “Habichuela” Nieto.


Foto: Serperuano.


También en 2011 participa en la re-inauguración del legendario teatro “El Molino” de Barcelona, rindiendo homenaje a Carmen Amaya, cosechando un nuevo éxito de público y crítica. Durante estos años, de 2011 a 2014, presenta espectáculos como “Ritual”, con el que hace giras por Francia y España. Crea la compañía de baile de Barcelona y estrena la obra “Flamenco Copla” en el teatro de la ciudad Condal, rindiendo tributo al mítico Antonio el Bailarín.

En 2014 regresa a sus raíces, Sevilla, al Teatro Lope de Vega junto a Carmelilla Montoya y Remedios Amaya. Mas tardes será uno de los protagonistas en el musical “Eterno Camarón”, en el que está presente durante la temporada en el teatro La Latina de Madrid.

En 2015 vuelve al tablao Cordobés donde actúa ininterrumpidamente durante toda la temporada. En el verano de este mismo año consigue el segundo premio en la modalidad de baile e instrumento flamenco en el XXII  Concurso de Baile Flamenco de La Unión.

En los últimos tiempos interviene actuando y dirigiendo el espectáculo “Las Minas Flamenco Tour”, en gira por todas las ciudades portuarias de España.  Además, el espectáculo “Las Minas Puerto Flamenco”, de la que como se ha indicado es el director y primer bailarín, es expuesto en los más importantes teatros de España, entre los que destacan el Teatro Real de Madrid, en el que ha cosechado importantes críticas de los medios especializados. Destacando también su actuación junto a Carmen La Talegona en el Festival Flamenco Madrid.

"El viernes 8 de junio el baile de Amador Rojas y su espectáculo «Próxima parada, Sevilla», en la que el artista palaciego estará acompañado por Eugenio Iglesias a la guitarra, Antonio Campos y María Vizárraga al cante, Ramón Santiago al piano y Luis Amador a la percusión", estará presente en la edición del Festival de la Mistela de Los Palacios y Villafranca del año 2018.

Foto: Amador Rojas. Paseo marítimo de Rota (Cádiz), verano de 2017.

Como se ha podido apreciar, la vida artística de Amador, desde los siete años, no se ha visto interrumpida, y en estos años ha participado como bailador acompañante o principal en numerosos espectáculos y giras realizadas por territorio nacional y extranjero, desbordando sentimientos y entregándose con pasión…


Miguel Sánchez Martín, Asociación Cultual Searus. Abril de 2018



BIBLIOGRAFÍA:

1.-Tablao Cordobés.

2.-El arte de Vivir el Flamenco.

3.-Antena 3

4.-Serperuano.

5.-ABCde sevilla provincia, digital.10 de abril de 2018.